En el vertiginoso mundo de la estética, la búsqueda de la perfección corporal a menudo puede resultar en intervenciones quirúrgicas significativas. Sin embargo, el reciente concepto de Armonización Corporal (BHA, por sus siglas en inglés), surge como una tendencia innovadora que apuesta por técnicas menos invasivas con prometedores resultados en el moldeado del cuerpo.
El Instituto Antony Barbosa con su departamento de Investigación y Desarrollo en Salud y Estética, ubicado en Belo Horizonte, Brasil, ha dedicado esfuerzos para definir este concepto clínico de BHA. Basándose en una combinación de métodos no quirúrgicos, como las técnicas avanzadas de inyectables, este enfoque multidisciplinar personaliza los tratamientos atendiendo a las características y necesidades únicas de cada paciente.
La belleza, influenciada por factores intrínsecos como la genética, el metabolismo y el balance hormonal, así como por elementos extrínsecos como la exposición a radiación UV, la dieta y el estilo de vida, es un concepto que ha evolucionado a través de los siglos. En la actualidad, se ha observado que la visión griega clásica de simetría y proporción sigue influyendo la definición de lo que se considera un rostro o cuerpo armónico.
Con la presión social alimentada por las redes sociales y un estándar de perfección casi inalcanzable, surge la armonización del cuerpo como una respuesta estética que valora la unicidad de cada persona, en lugar de seguirla busca de un ideal fijo y universal.
El proceso detrás de la Armonización Corporal
La BHA no solamente se enfoca en el contorno corporal, sino también en la salud de la piel, abarcando deficiencias estéticas como la grasa localizada, estrías, flacidez y celulitis. Utilizando compuestos lipolíticos y biostimuladores del colágeno, así como diversas técnicas de aplicación, cada tratamiento es cuidadosamente diseñado para respetar la biología y biotipo corporal de cada individuo.
La Armonización Corporal combina procedimientos quirúrgicos plásticos, mesoterapia, electroterapia y prescripciones estéticas, con la meta de promover un estímulo integral y orgánico del cuerpo para lograr la eliminación de adiposidades sin comprometer la armonía natural del cuerpo.
Un arsenal para gestionar la estética
Mediante el uso de biostimuladores sólidos, como los hilos de PDO, y líquidos, como el policaprolactona (PCL), poli-L-ácido láctico (PLLA) o hidroxiapatita de calcio (CaHA), se logra estimular una respuesta inflamatoria controlada que induce a los fibroblastos a la producción de nuevo colágeno. Esta técnica no solo mejora la apariencia de la piel, sino que también puede aportar volumen y firmeza a áreas específicas del cuerpo.
Es esencial que los profesionales dedicados a la práctica de la BHA tengan un conocimiento amplio de la farmacología y las complejas interacciones biológicas que tienen lugar en el organismo tras la administración de compuestos activos, y así puedan elegir el tratamiento más adecuado y seguro para sus pacientes.
Metodologías de evaluación en BHA
Para el seguimiento del tratamiento, los profesionales recurren a herramientas como la bioimpedancia y ecografía corporal, que permiten un diagnóstico detallado de la composición muscular y grasa del cuerpo, además de evidenciar los cambios a lo largo del tiempo.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov
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