La preocupación por la apariencia y la salud de la piel lleva a muchas personas a considerar la eliminación de lunares, especialmente aquellos ubicados en áreas visibles como el rostro. A pesar de que la cirugía de extirpación es mayormente efectiva y segura, existe el temor comprensible de que el procedimiento deje marcas duraderas. Los métodos de eliminación varían en su enfoque, desde exéresis quirúrgicas hasta tecnologías avanzadas como el tratamiento láser, cada uno con distintas implicaciones para la cicatrización.
Métodos de Extracción y su Relación con las Cicatrices
El método elegido para la eliminación del lunar influye significativamente en la posibilidad de que quede una cicatriz. Mientras que la consulta especializada con un dermatólogo es esencial para tomar la decisión correcta, métodos comunes incluyen la escisión con bisturí, que aunque efectiva, tiene una posibilidad más alta de dejar una cicatriz visible, debido al corte profundo en la piel.
Por otro lado, tratamientos como la eliminación láser de lunares se perfilan como una opción menos invasiva con menores riesgos de cicatrización. Sin embargo, no se recomienda para lunares profundos o potencialmente cancerosos, ya que el tejido no puede enviarse a laboratorio para un análisis patológico posterior.
Factores Que Afectan la Cicatrización
Varios factores personales y contextuales juegan un papel importante en la cicatrización tras el procedimiento. Por ejemplo, la ubicación del lunar en el cuerpo, la tensión de la piel en dicha área, y la calidad intrínseca de la piel del paciente pueden determinar la prominencia de las cicatrices post-quirúrgicas. Las zonas con alta movilidad como el cuello y las articulaciones suelen sanar de forma menos óptima.
A su vez, la genética y el tono de piel también son factores determinantes. Personas con piel más oscura y aquellos con un historial de cicatrices queloides en su familia tienden a estar en mayor riesgo de desarrollar cicatrices anormales.
Prevención y Tratamiento de Cicatrices
La prevención de cicatrices comienza con un manejo adecuado del área tratada después de la eliminación del lunar. Mantener la herida limpia, aplicar emolientes apropiados y protegerla del sol son pasos cruciales recomendados por especialistas. Las revisiones y tratamientos post-operatorios pueden incluir terapias láser y microneedling, procedimientos que buscan mejorar el aspecto general de las cicatrices mediante la estimulación de colágeno y la renovación de la piel.
Fuente: www.wallstreetdermatology.com
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