En un hito destacable para la cardiología intervencionista, la Sociedad Española de Cardiología revela datos prometedores a largo plazo para pacientes con insuficiencia tricuspídea severa y sintomática. El empleo de implantes bicava TricValve® ha mostrado mejorías sustanciales en la calidad de vida de los afectados tras un año de seguimiento, lo que representa un avance fundamental para aquellos pacientes que, hasta el momento, poseían limitadas opciones terapéuticas.

La insuficiencia tricuspídea (IT) es una afección que, cuando no se aborda adecuadamente, puede derivar en un pronóstico sombrío para los pacientes. La cirugía convencional sobre la valvulopatía tricuspídea a menudo conlleva riesgos significativos, incluyendo una tasa de mortalidad aproximada del 10%. Frente a este desafío, las técnicas percutáneas, tales como la reparación borde a borde y la anuloplastia, han emergido como estrategias menos invasivas con tasas de éxito prometedoras.

No obstante, un número considerable de pacientes no resultan idóneos para estos procedimientos intervencionistas debido a variadas circunstancias anatómicas o funcionales, como anomalías valvulares complejas o dilataciones ventriculares graves que obstaculizan la reparación de la válvula nativa. Aquí es donde los sistemas heterotópicos como TricValve® entran en juego, proveyendo una técnica innovadora que consiste en el implante de prótesis valvulares en las venas cavas superior e inferior.

El sistema TricValve®, que ha sido objeto de análisis en los estudios TRICUS y TRICUS EURO, ha proporcionado resultados favorables al cabo de un año. La combinación de los datos de ambos estudios refleja una población predominantemente femenina y de avanzada edad que ha experimentado mejorías notables en cuanto a su capacidad de realizar actividades cotidianas y su bienestar general, con un porcentaje significativo de pacientes mejorando su capacidad ambulatoria y presentando menor necesidad de hospitalización por cuestiones cardíacas.

Técnicamente hablando, el éxito en la colocación del implante fue notable, al tiempo que las complicaciones asociadas con el procedimiento se mantuvieron en niveles bajos. Es relevante mencionar la aparición de trombos en las cavidades derechas en una fracción pequeña de los casos, aunque controlados y sin incidencia sintomática gracias a una adecuada anticoagulación.

A pesar de estas cifras alentadoras, el estudio no deja de mencionar limitaciones propias de cualquier investigación médica, como es el tamaño de la muestra, la influencia de la pandemia en los resultados, y el hecho de que se evaluó a los pacientes en las etapas iniciales de uso del dispositivo, cuando todavía se estaba ascendiendo en la curva de aprendizaje. Asimismo, advierte sobre la necesidad de realizar estudios adicionales más amplios y con controles más rigurosos para corroborar completamente estos hallazgos.

En definitiva, la Sociedad Española de Cardiología destaca que los implantes TricValve® se erigen como una terapia revolucionaria para los pacientes con insuficiencia tricuspídea grave. Aunque se requieren más investigaciones para establecer la terapia como un estándar de cuidado definitivo, los resultados hasta la fecha son indudablemente prometedores y proporcionan una nueva esperanza para quienes padecen esta complicada enfermedad cardíaca.