El lipedema, fenómeno poco conocido y frecuentemente malinterpretado como obesidad o linfedema, está adquiriendo relevancia en el ámbito médico de Brasil, con estudios recientes que buscan dilucidar su relación con la imagen corporal y su manejo clínico. Esta condición, predominantemente femenina y que se caracteriza por la acumulación progresiva de grasa en las extremidades inferiores, afecta tanto la salud física como psicológica de quienes la padecen.
Descrita por primera vez en Estados Unidos en la década de 1940, el lipedema provoca una acumulación desproporcionada de grasa y un dolor significativo. A pesar de afectar a una cantidad considerable de mujeres, estimada en un 11% a nivel mundial, esta patología ha contado con escasa difusión y reconocimiento dentro de la comunidad médica, llevando a diagnósticos incorrectos y tratamientos ineficaces.
Con los avances de las redes sociales, aquellas que padecen lipedema han encontrado un espacio para compartir sus experiencias, sintomatología y sufrimiento asociado a la enfermedad. Este fenómeno ha permitido que muchas mujeres identifiquen y comprendan su condición, lo que ha dado lugar a un incremento de la demanda por un manejo clínico especializado y multidisciplinario en Brasil.
El reto del diagnóstico
El correcto diagnóstico del lipedema es un desafío médico, ya que requiere diferenciar entre obesidad común, linfedema y el propio lipedema, así como las interconexiones entre estas condiciones. La falta de educación médica sobre el lipedema y el persistente tabú respecto a la imagen corporal y la gordura contribuyen a la problemática. Este vacío de conocimiento abona también al dolor físico y psicológico que experimentan las pacientes.
La influencia de la imagen corporal
Aunque no existen estudios amplios que examinen el impacto de la imagen corporal en personas con lipedema, se sabe que la insatisfacción con el cuerpo y las presiones estéticas son fuentes de angustia considerables. Asimismo, se presume que la condición puede tener consecuencias aún más graves en individuos que enfrentan la exclusión socioeconómica o que pertenecen a minorías.
Las preguntas sobre el reconocimiento del propio cuerpo, la posible distorsión de la imagen corporal y la manera en que las pacientes manejan sus tratamientos necesitan ser estudiadas detalladamente. La superposición con trastornos de la conducta alimentaria y dificultades en la regulación emocional señalan la importancia de un enfoque integral que aborde la psiquiatría, la nutrición y la psicología.
Tratamientos y dietas en estudio
El Proyecto Lipedema de Boston ha propuesto recientemente una dieta cetogénica como posible tratamiento; sin embargo, es fundamental investigar más antes de adoptar esta intervención dietética. Los potenciales desencadenantes de trastornos alimentarios y el impacto psicológico de las restricciones cognitivas son solo algunas de las áreas que necesitan esclarecimiento previo.
El futuro clínico del manejo de lipedema incluirá determinar cómo diagnosticar, tratar y manejar mejor a las pacientes afectadas, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y su bienestar general.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov
Ver y consultar a centros