Una revisión sistemática de investigaciones ha puesto en relieve la eficacia potencial que la grasa autóloga y las células madre derivadas del tejido adiposo podrían ofrecer en el ámbito de la medicina regenerativa, especialmente para pacientes afectados por quemaduras agudas y para la remodelación de cicatrices relacionadas con estas lesiones. Esta terapia innovadora se presenta como un enfoque avanzado para mejorar la calidad de vida y satisfacción de los pacientes con lesiones cutáneas.
El estudio, que evaluó numerosas investigaciones previas, observó mejoras en la curación de las heridas, la vascularización, las características de las cicatrices y la arquitectura del tejido en diversos casos. Estos hallazgos indican que estos tratamientos pueden efectivamente inducir beneficios tangibles en términos de la reconstrucción cutánea y la funcionalidad del área tratada. No obstante, los investigadores han remarcado la heterogeneidad de las investigaciones y protocolos de tratamiento, lo que subraya la necesidad de profundizar en la estandarización de los procedimientos y la realización de más ensayos clínicos aleatorizados.
Con respecto a la técnica, el procedimiento de grasa autóloga implica la extracción de grasa de una región del cuerpo y su posterior transferencia a otra, aprovechando así el potencial regenerativo de las células de grasa. Este método se ha empleado con éxito no solo en mejoras estéticas sino también en la recuperación de daños en la piel inducidos por la radiación, la curación de heridas y la remodelación de cicatrices. Sin embargo, su aplicación en el tratamiento de quemaduras aún requiere una mayor base de estudios clínicos que respalden su eficacia.
Las terapias basadas en células adiposas ofrecen una fuente rica en células madre mesenquimales contenidas dentro de la fracción vascular estromal del tejido. Estas células pueden diferenciarse en varios tipos celulares y tienen propiedades angiogénicas, inmunomoduladoras y antiapoptóticas, lo que las convierte en aliadas fundamentales en el proceso de regeneración tisular. Además, actúan como una red circulatoria, almohadilla y aislante, soportando la viabilidad del tejido y fomentando la curación de la herida.
Entre los resultados analizados, mejoras en la satisfacción del paciente y la calidad de las cicatrices han sido puestos en evidencia en varios estudios, donde se reportó un incremento significativo en los niveles de satisfacción tras el tratamiento, así como una disminución en la pigmentación, grosor y dolor de las cicatrices. No obstante, se han planteado preocupaciones en relación con posibles sesgos de selección y confusión en los estudios no aleatorizados, haciendo hincapié en la necesidad de interpretar cautelosamente estos resultados.
Los investigadores también han advertido sobre posibles inconvenientes, como la morbilidad del sitio donante durante la extracción de tejido adiposo para el injerto, la complejidad y costo aumentado de las técnicas especializadas requeridas, así como la durabilidad y resultados a largo plazo de estas modalidades terapéuticas.
La revisión sistemática identificó que los tratamientos con grasa e injertos autólogos y células madre adiposas poseen un potencial significativo para intervenir en el tratamiento de lesiones por quemaduras y la remodelación de cicatrices, aunque la mayoría de la evidencia se limita a las cicatrices relacionadas con quemaduras crónicas. Por tanto, resulta imperativo llevar a cabo investigaciones cuidadosamente diseñadas para evaluar su eficacia. Estándares en las técnicas de extracción y administración, y el control de variables importantes, permitirán una mejor comprensión de cómo estas modalidades derivadas de tejido adiposo facilitan la curación de heridas por quemaduras y la remodelación de cicatrices.
Es importante destacar que estos avances podrían tener un impacto significativo en la práctica clínica futura, abriendo posibilidades para tratamientos más eficaces y personalizados que se adecuen mejor a las necesidades de cada paciente. En regiones como Alicante, clínicas especializadas ya están explorando la incorporación de estas técnicas en sus protocolos de tratamiento.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov
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