Estudio de fase III en China demuestra no inferioridad de Letibotulinum Toxina A en el tratamiento de arrugas glabellares moderadas a severas
Un ensayo controlado y aleatorizado de fase III recientemente concluido en China ha revelado datos significativos sobre la eficacia en el uso de Letibotulinum Toxina A para la mejora de arrugas glabellares moderadas a severas. Este estudio ha sido uno de los más completos en su tipo, destacando por su rigor metodológico y la amplia muestra de participantes.
El estudio ha sido llevado a cabo en colaboración con destacados centros de cirugía plástica y dermatología de China, incluyendo el Hospital del Pueblo de Wuhan y el Hospital Memorial de Sun Yat-sen. Profesionales de la salud altamente cualificados como la Dra. Yun Xie y el Dr. Xiumin Yang estuvieron entre los encargados de conducir la investigación.
La Letibotulinum Toxina A, que ha sido utilizada previamente en Corea del Sur y otros 28 países, es conocida por ser un derivado de la cepa CBFC26 de Clostridium botulinum. La investigación ha establecido que esta toxina es comparable a la más conocida onabotulinum toxina A, comercializada como BOTOX®®, en términos de eficacia y seguridad.
El ensayo multicéntrico reclutó 500 participantes, distribuidos aleatoriamente en una proporción de 3:1 para recibir Letibotulinum Toxis A o el fármaco de control. La evaluación primaria consistió en determinar la proporción de pacientes que obtuvieron una calificación de 0 o 1 en la escala de valoración fotográfica de cuatro puntos, lo cual indica una mejora significativa en la apariencia de las arrugas glabellares.
En la cuarta semana postinyección, los datos mostraron que el 88.49% de los pacientes tratados con Letibotulinum Toxina A y el 87.39% de aquellos tratados con onabotulinum toxina A alcanzaron los criterios de éxito. Estas cifras corroboran la hipótesis de no inferioridad, con una diferencia porcentual de tan solo 1.10% entre ambas toxinas.
El estudio encontró que no había diferencias estadísticamente significativas en los índices secundarios de eficacia o seguridad. Además, el nivel de satisfacción autoevaluado por los pacientes fue en general más alto para aquellos que recibieron Letibotulinum Toxina A.
Los resultados de las evaluaciones realizadas por un Comité de Evaluación Independiente se alinearon estrechamente con los obtenidos por los evaluadores institucionales, reforzando la fiabilidad y validez de los hallazgos.
Desde una perspectiva de seguridad, la Letibotulinum Toxina A demostró un perfil similar al de la onabotulinum toxina A, con eventos adversos leves y comparables en ambos grupos de tratamiento. El único evento adverso grave registrado fue un caso de ptosis palpebral en el grupo que recibió Letibotulinum Toxina A, que se resolvió sin intervención en 20 días.
Los investigadores destacaron que, si bien las conclusiones son robustas para el contexto chino, más estudios a largo plazo serían beneficiosos para confirmar la durabilidad de la eficacia y el perfil de seguridad. Esto es especialmente relevante considerando que los tratamientos con toxina botulínica A son frecuentemente repetidos a lo largo del tiempo.
La relevancia de este estudio se refuerza por su enfoque en una población específicamente China, proporcionando un sustento científico para el uso de Letibotulinum Toxina A en un contexto donde las características faciales pueden diferir de las poblaciones occidentales y coreanas previamente estudiadas.
En conclusión, tanto pacientes como profesionales de la estética en China ahora tienen evidencia científica que respalda el uso de Letibotulinum Toxina A como una opción efectiva e igualmente segura a su homólogo más conocido. Este estudio no solo enriquece la literatura científica en el ámbito de la dermatología cosmética sino que también guía a los profesionales en sus prácticas cotidianas para el tratamiento de arrugas faciales.
El estudio fue patrocinado por Hugel, Inc., una compañía basada en Chuncheon, Corea del Sur, especializada en el desarrollo, fabricación y comercialización de productos biofarmacéuticos, incluyendo la Letibotulinum Toxina A.
Fuente: journals.lww.com
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