La septoplastia es un procedimiento quirúrgico que rectifica el tabique nasal desviado, mejorando así la calidad de vida de muchos pacientes que sufren de dificultades respiratorias. Este trastorno, denominado desviación del septo, ocurre cuando la pared de cartílago y hueso que divide las fosas nasales se halla fuera de su posición central, provocando una obstrucción en uno o ambos lados de la nariz.
El tratamiento, realizado bajo anestesia, implica una reestructuración del tabique, donde el cirujano puede llegar a cortar y reubicar partes del mismo para asegurar una correcta alineación dentro de la nariz. La operación se lleva a cabo a través de incisiones en el interior de las fosas nasales, y ocasionalmente puede ser necesario un pequeño corte entre ellas.
La intervención de la septoplastia no sólo apunta a mejorar las vías respiratorias, sino que también puede solventar otros problemas asociados como constantes hemorragias nasales o la tendencia a sufrir infecciones de senos paranasales. No obstante, como toda intervención mayor, conlleva ciertos riesgos tales como sangrado, infecciones y reacciones adversas a la anestesia.
Las complicaciones específicas de la septoplastia pueden incluir alteraciones en el sentido del olfato, sensación de adormecimiento sobre la piel que rodea los dientes superiores, obstrucción nasal debido a la hinchazón del revestimiento del interior de la nariz, perforaciones del septo o una apariencia de nariz poco natural post cirugía. Además, para algunos pacientes puede surgir la necesidad de una posterior intervención quirúrgica si los resultados no coinciden con las expectativas esperadas.
Antes de la operación, el paciente deberá sostener una consulta prequirúrgica con su cirujano para discutir beneficios y posibles riesgos. Durante este encuentro, se recomienda que se aclare cualquier duda respecto a los medicamentos que es posible que se deban evitar, como aquellos que contienen ácido acetilsalicílico o ibuprofeno, debido a que pueden incrementar el riesgo de sangrado. Además, se alienta a los fumadores a abandonar el hábito para promover un proceso de recuperación más eficiente.
El proceso de recuperación postquirúrgico es crucial, y se espera que para los 3 a 6 meses siguientes, los tejidos nasales comiencen a estabilizarse, aunque puede continuar habiendo cambios menores después de ese periodo. Para la mayoría de los pacientes, la septoplastia resulta en una significativa mejoría en los síntomas originados por la desviación del septo, como la dificultad para respirar. No obstante, hay casos donde los síntomas persisten y puede considerarse una segunda intervención.
En resumen, la septoplastia se presenta como una solución efectiva para aquellos que padecen de obstrucciones nasales a causa de un tabique desviado, contribuyendo a mejorar la calidad de vida mediante una cirugía con un enfoque funcional y estético.
Fuente: www.mayoclinic.org
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