En la mamoplastia de aumento los implantes se introducen a través de unos pequeños cortes que se realizan generalmente en el pecho. Esto deja unas marcas que gracias a su ubicación y correcta cicatrización con el paso del tiempo serán casi imperceptibles.
Vías de abordaje
La localización va a depender de la vía de acceso de las bolsas. Cuando la incisión es en la parte inferior de la areola la cicatriz es muy fina y transcurridos unos meses casi no se nota a simple vista. Esto es debido a las características de esta piel y lo bien que responde al tratamiento.
Otras vías de abordaje, como la que se hacen en la axila o el surco de las mamas, pueden requerir un mayor período de cicatrización, pero ambas quedan igualmente ocultas si tenemos cuidado durante la recuperación.
La respuesta del organismo
El tamaño y forma de estas cicatrices van a depender en gran medida, además de la habilidad del cirujano, del organismo de cada paciente y su respuesta ante las prótesis, que es uno de los procesos más complejos de toda intervención quirúrgica. Algunas pieles se regeneran mucho antes que otras y en este sentido una paciente joven va a tener una mejor post operación que otra de más avanzada edad que además es fumadora.
Como decimos, no debes preocuparte si los primeros días estas cicatrices son demasiado evidentes, ya que con el paso de las semanas la zona comenzará a sanar y su apariencia será muy similar a como era antes de la mamoplastia.
Fases de la cicatrización
La primera fase se denomina hemostasia, que surge justo después de la incisión. El organismo pierde una serie de líquidos y se produce una vasoconstricción con el objetivo de reducir el flujo en la sangre. Al mismo tiempo, los vasos y plaquetas de la dermis se rompen lo que activa una coagulación que aísla nuestro organismo y que da paso al siguiente punto.
Después de la hemostasia se produce una inflamación que por norma general dura de uno a cinco días mientras se cierra la herida. En esta etapa surgen algunas molestias como por ejemplo picores, calor y dolor moderado y cuanto más dure mayor será el tamaño de la cicatriz y peor el resultado estético.
La tercera fase es la fibroblástica, que se inicia a los 40 días de la intervención y se caracteriza por la recuperación de los tejidos conectivos, la epitelización y la formación de los vasos.
Y por último tenemos la maduración de la cicatriz, en la que ésta se ablanda y aplana hasta finalmente desaparecer casi por completo, así como cualquier otro picor o dolor que tuviéramos.
¿Voy a recuperar totalmente la fuerza de mi piel? Tras la operación de senos los tejidos se regeneran en torno al 80%, por lo que la tensión de la dermis va a ser prácticamente la misma.
Factores que pueden ser un problema para la cicatrización
Existen algunos elementos que pueden ser negativos con respecto al proceso de cicatrización posterior a una mamoplastia, como por ejemplo la edad, que influye decisivamente en la capacidad de nuestro organismo para recuperarse de las heridas y que disminuye con el tiempo.
Otro factor importante son las enfermedades de la paciente, ya que algunos tipos de diabetes, insuficiencia arterial o hipotiroidismo van a propiciar que las cicatrices tarden más de lo normal en curarse. En idéntica posición se encuentra las mujeres que se someten a sesiones de quimioterapia y radioterapia.
Algunos malos hábitos, como el tabaco y el alcohol van a afectar a la circulación de la sangre y pueden producir vasoconstricción e hipertensión que alargan el tiempo de recuperación, provocando además que se den una serie de reacciones imprevistas en la dermis. Las mujeres que ya tenían cicatrices previas en la zona también van a encontrar una mayor dificultad.
En ocasiones, nuestro organismo puede reaccionar mal ante la presencia de los implantes o tener una respuesta distinta de lo esperado ante el tratamiento, algo que se conoce como cicatrización hipertrófica. Sin embargo, debes saber que a día de hoy existen tratamientos muy eficaces y específicos para solucionar todo este tipo de problemas.
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