La cirugía dermatológica experimenta una era de transformación constante, principalmente impulsada por los avances tecnológicos que apuntan al desarrollo de procedimientos mínimamente invasivos. Dentro de esta esfera de innovaciones, la radiofrecuencia (RF) emerge como una técnica efectiva no solo por su utilidad cosmética, sino también por su eficacia en el tratamiento de múltiples condiciones cutáneas de índole no estética.
Diversas investigaciones realizadas por instituciones de prestigio, tales como la Universidad de California en Irvine y la Universidad de California en San Francisco, han puesto de manifiesto la versatilidad de la RF en el manejo de afecciones dermatológicas. Entre los hallazgos más relevantes, destaca su éxito en el tratamiento de enfermedades como la hiperhidrosis axilar primaria, la leishmaniasis cutánea y diversas patologías venosas, demostrando su eficacia a largo plazo y minimizando los efectos adversos asociados a técnicas más invasivas.
La RF, introducida al campo de la electrocirugía dermatológica en la década de 1950, se ha convertido en un estándar para la remodelación de tejidos, al provocar un daño térmico celular controlado y limitado. Este mecanismo desencadena un proceso de neocolagénesis, remodelando el colágeno y la elastina existentes, y promoviendo la formación de ácido hialurónico, lo que resulta en una dermis más gruesa y saludable sin comprometer la estructura vascular ni los anexos cutáneos.
En el contexto de las afecciones cutáneas, la RF proporciona una técnica segura y económica para reducir el tamaño de lesiones previo a tratamientos más complejos, entregar medicamentos de manera precisa y como alternativa a cirugías tradicionales, reduciendo la pérdida de sangre y minimizando cicatrices.
Los datos recopilados sugieren que la RF es comparativamente tan efectiva como intervenciones quirúrgicas para venas incompetentes, destacando por la reducción de factores de riesgo quirúrgicos como infecciones, dolor postratamiento y contusiones. Además, como terapia coadyuvante en el manejo de úlceras crónicas, la RF muestra una notable capacidad para acelerar la cicatrización y aliviar el dolor permitiendo a los pacientes tolerar mejor tratamientos complementarios.
Aunque las pruebas recientes evidencian el potencial de la RF en el panorama médico, resulta indispensable aumentar el tamaño de las muestras en futuros estudios y extender los protocolos de seguimiento para consolidar las recomendaciones en torno a esta modalidad de tratamiento. La necesidad de una mayor uniformidad en las directrices de tratamiento, el establecimiento de protocolos claros y la evaluación extensa a largo plazo forman parte de los desafíos para integrar plenamente la radiofrecuencia como una herramienta estándar en la cirugía dermatológica.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov
Ver y consultar a centros