El tratamiento con láser de colorante pulsado ha sido el método predominante para el tratamiento de manchas de vino oporto durante más de dos décadas. Estas lesiones vasculares congénitas, que frecuentemente se presentan en la piel de recién nacidos y niños pequeños, pueden tener un impacto significativo en el desarrollo psicosocial de los afectados.
Aunque esta tecnología ha demostrado ser eficaz y segura, en la comunidad dermatológica existe un debate sobre la edad más idónea para comenzar los procedimientos láser. La Dra. Ilona J. Frieden, profesora de dermatología y pediatría en la Universidad de California en San Francisco, señala que la piel más fina de los infantes podría permitir una penetración más profunda del láser y, potencialmente, obtener resultados más efectivos al iniciar el tratamiento tempranamente.
Contrariamente, existen factores a considerar, como la dificultad para los padres de agendar una cita rápidamente, sugiriendo que muchos tratamientos no comienzan hasta que el bebé tiene varios meses de edad. Además, el uso de anestesia general en pacientes muy jóvenes conlleva riesgos que deben ser meticulosamente evaluados.
Cuidado, no cura
Aunque los láseres actuales tienen un historial de seguridad excelente, ayudan a aclarar las manchas y presentan un riesgo muy bajo de eventos adversos, la mayoría de los pacientes no alcanzan una eliminación completa de la mancha. "Es esencial discutir tanto los beneficios como las limitaciones potenciales de las terapias actuales desde el principio," indica la Dra. Frieden.
Debe entenderse que el objetivo primordial no es curar completamente la condición, algo que en la mayoría de los casos no es posible, sino mejorar la apariencia de la mancha. Incluso con los avances en la tecnología del láser, las limitaciones de la profundidad de penetración (aproximadamente 1 milímetro) hacen que las manchas más profundas permanezcan inalcanzables.
Fuente: www.dermatologytimes.com
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