WASHINGTON A pesar de los avances y resultados prometedores en la reducción del peso corporal de las personas con obesidad a través de fármacos recientemente desarrollados, millones de adultos mayores en Estados Unidos se encuentran con la dificultad de acceder a tales tratamientos. Esto se debe a una prohibición vigente que impide que Medicare, el programa de seguro de salud para personas mayores, cubra estos medicamentos.
Los medicamentos en cuestión, como Wegovy de Novo Nordisk y Zepbound de Eli Lilly, han demostrado ser efectivos al simular hormonas que regulan el apetito. No obstante, el costo de dichos tratamientos, que pueden oscilar entre $1,000 y $1,300 mensuales, los hace prohibitivos para gran parte de la población que depende de Medicare.
Además del costo, existe un debate político y social sobre la decisión de Medicare de no cubrir medicamentos para la obesidad, una ley que tiene sus raíces en consideraciones que datan de la época en que el tratamiento de la obesidad se consideraba meramente cosmético, y los recuerdos de problemas de seguridad con tratamientos anteriores como fen-phen.
Este panorama ha llevado a un grupo bipartidista de legisladores a impulsar un cambio en la legislación para el próximo año. Con tasas de obesidad en aumento entre los adultos mayores, la presión para actualizar las políticas de Medicare resuena cada vez con más fuerza en los pasillos del Congreso.
Un aspecto crucial de este debate es el impacto financiero que tendría la inclusión de estos fármacos en el plan de Medicare. Algunos estudios sugieren que a corto plazo, el costo sería oneroso, añadiendo alrededor de $26 mil millones anuales si solo el 10% de los usuarios de Medicare recibieran la medicación. Por otro lado, otros estudios sugieren que a largo plazo podrían generarse ahorros significativos en el sistema de salud al prevenir enfermedades y condiciones graves asociadas a la obesidad.
Actualmente, hay una disparidad en el acceso a estos tratamientos, dado que Medicaid el programa conjunto entre estados y el gobierno federal para personas de bajos ingresos ofrece cobertura en algunas áreas, pero de manera fragmentada. Esto refleja la disparidad y falta de uniformidad en el tratamiento de la obesidad a nivel nacional.
Los expertos en salud coinciden en que los medicamentos para la pérdida de peso son solo una parte de un tratamiento efectivo, y que la intervención conductual y la educación sobre salud y dieta son igualmente importantes. Sin embargo, para los pacientes de Medicare, los médicos tienen limitadas las opciones terapéuticas que pueden ofrecer. La prohibición general del uso de medicamentes antiobesidad es vista como una forma anticuada de abordar la obesidad como enfermedad y perpetúa la desigualdad en la atención médica.
Fuente: www.pbs.org
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