Un extenso estudio realizado en Suiza, específicamente por el Departamento de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética del Ospedale Regionale di Lugano, en asociación con instituciones como la Universidad de Zurich y la Università della Svizzera italiana, ha puesto en foco la seguridad de los injertos de grasa autóloga en procedimientos estéticos faciales, una técnica cada vez más demandada debido a su aparente naturalidad y durabilidad.
La revisión sistemática, filtrando estudios y casos a lo largo de varias décadas, ha identificado diversas complicaciones que pueden surgir luego de procedimientos de transferencia de grasa del propio paciente a áreas faciales. Entre los hallazgos, se destacan eventos adversos severos como hemiplejía, pérdida irreversible de la visión y necrosis de la piel. Estos resultados han llevado a reevaluar la percepción de seguridad de este tipo de intervenciones y han subrayado la importancia de que sean realizadas por profesionales debidamente cualificados.
Con una meticulosidad digna de la medicina basada en evidencia, los investigadores han categorizado y evaluado las complicaciones en términos de su severidad, impacto y la región facial afectada. La frente y la región temporal resaltan como las zonas más propensas a sufrir consecuencias graves post-intervención. Una observación inquietante es que más de la mitad de las complicaciones severas se manifestaron en la región temporal, una estadística que no puede pasarse por alto por los profesionales de la cirugía estética.
Si bien la técnica del injerto de grasa autóloga promete ofrecer una alternativa duradera frente a los rellenos sintéticos, esta revisión pone de manifiesto que ninguna intervención está exenta de riesgos. A este respecto, se ha observado que las complicaciones vasculares asociadas a embolias grasas son las más preocupantes y comparten mecanismos patogénicos con las provocadas por rellenos no permanentes como el ácido hialurónico.
En el contexto actual donde los procedimientos estéticos faciales están en auge y son realizados por una amplia gama de profesionales, incluyendo algunos sin la formación médica necesaria, el estudio enfatiza la necesidad imperante de consultar con especialistas cualificados. La elección informada del método de rejuvenecimiento facial es un factor clave para garantizar los resultados deseados y la seguridad del paciente, más aún si consideramos que la tasa de complicaciones podría estar sub-reportada en la literatura médica existente.
A la luz de estos hallazgos, el injerto de grasa facial autóloga sigue siendo una opción válida dentro del espectro del rejuvenecimiento facial, pero su correcta aplicación requiere una comprensión profunda de la anatomía facial y una técnica meticulosa para minimizar los riesgos asociados.
Este análisis concienzudo ofrece un aporte valioso a la práctica de la cirugía plástica y estética, y subraya la importancia de estudios detallados para mejorar la comprensión de los procedimientos y sus posibles consecuencias. Permite a cirujanos y pacientes tomar decisiones informadas, equilibrando los beneficios potenciales con los riesgos inherentes a este tratamiento.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov
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