El ámbito de la medicina estética enfrenta el complejo reto de identificar y manejar adecuadamente a pacientes que pueden estar luchando contra la dismorfia corporal o trastorno dismórfico corporal (TDC). Los expertos señalan que diferenciar entre una preocupación saludable por la apariencia y una obsesión perjudicial es crucial para una práctica ética y responsable.
En el entorno de constante evolución de la estética, algunos profesionales comparten su experiencia personal para iluminar la realidad del TDC. En particular, una enfermera estética con TDC, quien prefiere mantener el anonimato, se ha convertido en una referencia para el reconocimiento precoz de estos casos. Su experiencia ha permitido informar y formar a sus colegas sobre las complicaciones y la ética que conlleva tratar a este tipo de pacientes.
El TDC es una condición psicológica caracterizada por una preocupación excesiva por un defecto percibido en la apariencia física, que para otros puede ser mínimo o inexistente. Esta condición puede llevar a las personas afectadas a buscar múltiples tratamientos de estética, sin encontrar satisfacción.
La mencionada enfermera estética ilustra a través de su historia personal cómo la influencia de factores sociales como los medios de comunicación y la fama, así como experiencias personales negativas, pueden incrementar la vulnerabilidad de una persona a desarrollar TDC. Con estos conocimientos, los médicos estéticos pueden aprender a detectar señales de alerta tempranas durante las consultas con los pacientes.
Una de las mayores preocupaciones con los pacientes TDC es la posibilidad de caer en un ciclo de tratamientos continuos que no solo no resuelven el problema de base, sino que pueden agravarlo. Es por esta razón que expertos enfatizan la importancia de comprender la diferencia entre TDC y otras formas de expresión corporal, como las modificaciones corporales intencionales.
Las clínicas y profesionales comprometidos con la práctica ética emplean cuestionarios de detección y protocolos para manejar potenciales casos de TDC. Estas herramientas permiten abordar el tema de manera sensible y dirigir a los pacientes hacia la ayuda psicológica que necesitan, sin comprometer su salud mental.
El TDC no siempre está vinculado con procedimientos quirúrgicos extremos; a menudo se manifiesta a través de pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos relacionados con la imagen corporal. Los pacientes pueden exhibir un uso excesivo de maquillaje, prácticas exageradas de ejercicio o el empleo no moderado de tratamientos estéticos no invasivos como el relleno dérmico.
A pesar de que la discusión del TDC puede provocar reacciones adversas por parte de los pacientes, como la negación o el enojo, los profesionales de la estética insisten en que actuar con cautela y preocupación genuina por la salud mental del paciente es lo más apropiado. Esto puede significar, en algunas circunstancias, rechazar proporcionar tratamientos estéticos hasta que se realice una evaluación mental adecuada.
Con el objetivo de ampliar la conciencia sobre el TDC y fomentar un debate constructivo, se invita a los profesionales a compartir sus experiencias y aprendizajes en espacios especializados en estética y salud mental, contribuyendo así a un mejor entendimiento y manejo de este trastorno.
Fuente: drtimpearce.com
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